¿Y si gracias
fuera mucho más que una fórmula de cortesía? ¿Si con cada gracias dicho,
estuviéramos haciendo más de lo que creemos a simple vista?
Bajo esta
luz, el agradecimiento no es solo una fórmula automática de la etiqueta social,
sino una competencia emocional y espiritual que cuando se despliega mejora los vínculos,
los contextos laborales y por qué no, el mundo. ¿Algo que agradecer a un
colaborador, a un líder, a la propia pareja? Este es un buen momento.
Marilen Stengel: sesiones de Mentoreo individual y grupal
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