jueves, 30 de septiembre de 2021

 

¿Y si gracias fuera mucho más que una fórmula de cortesía? ¿Si con cada gracias dicho, estuviéramos haciendo más de lo que creemos a simple vista?

Elsabeth Lukas, psicoterapeuta vienesa, discípula de Víctor Frankl y escritora de más de una veintena de libros, dice en su luminoso ensayo, El sentido del momento que cada vez que agradecemos, estamos reconociendo conscientemente que aquello que recibimos, la consideración que otros tienes con nosotros, el amor que nos brindan, los cuidados y las alegrías que nos dan, la luz del sol que nos calienta el cuerpo no son derechos adquiridos, sino regalos que, en muchos casos, otros nos brindan. Porque todo lo que está en nuestras vidas bien podría no estarlo.

Bajo esta luz, el agradecimiento no es solo una fórmula automática de la etiqueta social, sino una competencia emocional y espiritual que cuando se despliega mejora los vínculos, los contextos laborales y por qué no, el mundo. ¿Algo que agradecer a un colaborador, a un líder, a la propia pareja? Este es un buen momento.

Marilen Stengel: sesiones de Mentoreo individual y grupal

Contacto: stengelmarilen@gmail.com

 

miércoles, 21 de abril de 2021

Exigencia y Excelencia ¿y si no fueran lo mismo?

¿Cómo evaluas tus resultados? ¿Los del equipo? ¿Los de tus hijos? ¿Qué criterios rigen tus consideraciones? ¿Cuándo estas satisfecha/o con lo que lograste o lograron otros?

Durante años, al término de un proyecto me preguntaba acerca de las condiciones de satisfacción, cuáles y cuantas había cumplido y en qué medida. A veces, hasta me animaba a incluir el factor placer y diversión como pauta, pero al final del día la pregunta que me hacía es: ¿cumpliste o no cumpliste? Y a veces había dejado la piel, el equipo la había dejado y aún así, “no lo habíamos logrado”. En esos momentos nadie se sentía bien. ¿Pero es esta la única  y la mejor forma de ponderar nuestros objetivos? Obviamente no, pero ¿por qué tiende a ser la más común de todas?

 La Exigencia y la Excelencia son dos actitudes opuestas ante el trabajo y y la vida y proponen caminos divergentes. En la exigencia el foco esta puesto en el resultado, en si lo logré o no, si lo entregué o no, si llegué a tiempo o no. Cuando somos exigentes estamos divorciados completamente del proceso, lo que tuvimos que hacer para llegar a ese resultado. Con esta actitud, en las organizaciones se rompen los equipos, las personas se estresan y los resultados igual no se sostienen en el tiempo. Por el contrario, la Excelencia pone foco en el proceso, en el camino que se debe seguir para asegurar un resultado de calidad. Es por esto que todas las certificaciones, legitiman procesos y no resultados. Cada vez que voy a evaluarme o acompaño a otros en sus propias apreciaciones, intento recordarme que lo verdaderamente relevante es la actitud con la que he recorrido el camino y no sólo el kilometraje transitado.

martes, 13 de abril de 2021

El cambio es inexorable. ¿Pero quién va a liderarlo?


Miedo, enojo y tristeza
, son las tres emociones más mencionadas por los participantes en mis talleres cuando les pregunto cuáles son aquellas que mayores desafíos les están presentando hoy en sus ámbitos laborales (y personales también, no estamos escindidos).  Y en mi experiencia, las respuestas no cambian si subimos o bajamos por los distintos niveles de  responsabilidad organizacional. Pareciera que estamos todos bastante ahí. 

La vulnerabilidad aparece, entonces, con toda su fuerza en nuestros contextos laborales, y no recuerdo otro momento en que estuviera tan a flor de piel, tan palpable en la epidermis de los equipos y de las personas, ni tan instalada como experiencia. 

¿Cómo liderar con esta realidad emocional tan indisimulable? ¿Puedo hacerlo sin mostrar la mía? ¿Cómo ser creíble para otros si me blindo ante ellos? Tal vez, uno de los mayores desafíos que tengan los líderes en la actualidad (y creo que todos lo somos de manera 360) es poder influir en nuestros contextos mostrando aquello que siempre buscamos ocultar: nuestras dudas, temores, dolores e incertidumbres. Cada uno calibrará cómo, cuándo, cuánto y ante quienes hacerlo, pero mostrarla o no ya no me parece una opción. Por el contrario, creo que existe una enorme fortaleza en manifestarla funcionalmente. 

Por eso aprovecho para compartir la charla TED EL PODER DE LA VULNERABILIDAD de la gran Brené Brown, que aunque posiblemente muchos ya la han visto, vale la pena volver a pasar por ella. Ofrece el abrigo de la buena  compañía.

https://www.youtube.com/watch?v=HhZNXbP0vnk&t=161s


jueves, 8 de abril de 2021


 ¿Y si la empatía fuera la primera manifestación, el primer signo de nuestra civilización? ¿Nada de cucharas o cacharros sino la empatía a través del cuidado de otros? 

“Hace años, un estudiante le preguntó a la antropóloga Margaret Mead cuál consideraba ella que era el primer signo de civilización en una cultura. El estudiante esperaba que Mead hablara de anzuelos, ollas de barro o de piedras de moler. Pero no. Mead dijo que el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que se había roto y luego sanado. Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a tomar agua o a buscar comida.Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente como para que el hueso sane.El fémur roto que se ha curado es evidencia de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con el que se cayó, ha vendado la herida, le ha llevado a un lugar seguro y le ha ayudado a recuperarse. Mead dijo que ayudar a alguien más en las dificultades es el punto donde comienza la civilización”.

En las organizaciones también vale la premisa de Mead: cuanto más civilizada, más empática. Y el talento las elige. 

Fuente: Ira Byock  



martes, 6 de abril de 2021

 Agradecer, esa es la cuestión

¿Qué papel juega le agradecimiento en el bienestar en nuestra vida y en el clima de la familia? 

¿Acaso la palabra “gracias” modifica en algo las acciones y actitudes de quienes nos rodean?


En su libro La Felicidad en la Familia, Elizabeth Lukas, discípula de Víctor Frankl y logoterapeuta gigante por mérito propio señala: “La gratitud supone que conocemos con claridad uno o más valores que han mejorado nuestra calidad de vida, que nos han enriquecido y que no obtuvimos por nosotros mismos”.


Es decir que cuando agradecemos a otro una acción, una actitud, una tarea bien hecha, nuestra gratitud supone, dos movimientos: en uno reconocemos el valor que el otro aporta, y en el segundo, el beneficio que yo obtengo por la acción de ese otro.



En tiempos de aislamiento y de aspereza social, generar espacios de amabilidad es fundamental y la palabra GRACIAS aparece como un recurso luminoso, humilde y la vez al alcance de todos.

miércoles, 13 de enero de 2021

 

Trabajo y Carrera: diseño y desafío

Por Marilen Stengel

¿Qué trabajo estás desempeñando/buscando? ¿Es coherente con la carrera que querés tener? ¿Es lo que vos querés hacer o es lo que la empresa/tu líder te esta proponiendo? Estas son preguntas estratégicas que necesitamos hacernos a lo largo de nuestra vida laboral tanto si trabajamos por nuestra cuenta, pero sobre todo si trabajamos dentro de una organización.

Al respecto, en mi trabajo cotidiano dentro de diferentes compañías, suelo encontrarme con tres perfiles:

·         aquellos que viven tan enfocados en su trabajo que jamás piensan en su carrera

·         los que, por el contrario, tienen tanta atención puesta en sus carreras que llegan a descuidar el trabajo en el que se desempeñan en el presente

·         aquellos que creen que el trabajo y la carrera son más o menos lo mismo, o por lo menos no pueden distinguir nítidamente la diferencia entre ambos.

Lo cierto es que el trabajo y la carrera no solo no son lo mismo, sino que son dos cosas muy diferentes. Por un lado, nuestro trabajo no es técnicamente “nuestro” sino que le pertenece a la compañía para la que trabajamos, nosotros ocupamos circunstancialmente esa posición. Y, por otro, como señala Max Gehringer, escritor brasileño, autor de varios libros sobre gestión empresarial y de carrera, “Un trabajo siempre depende de las decisiones que toma la empresa. Pero una carrera depende principalmente de decisiones personales". Es por estos motivos, que necesitamos ser proactivos en la gestión de nuestras carreras, aplicar a trabajos que nos permitan, en la medida de lo posible, perfilar nuestra carrera que no es otra cosa que el rumbo que queremos darle a nuestro despliegue profesional. No conocer ese rumbo, nos puede colocar en la misma situación en la que se encontró Alicia, entrañable personaje de Lewis Carroll*, cuando tropezó con el Gato de Cheshire. Alicia, cansada, perdida y con mucha necesidad de salir del bosque le preguntó:

Alicia: ¿Podría decirme qué camino debería tomar desde aquí?

Gato:  Eso depende en gran medida de dónde quieras ir.

Alicia: Eso no me importa mucho

Gato: Entonces no tienes problema con el camino que tomes.

Alicia: Con tal de que llegue a alguna parte…, añadió como justificación.

Gato: Oh, seguro que lo harás, con tal de que camines lo suficiente.

 

El desafío es poder salir del bosque cerca del punto en el que habíamos planeado hacerlo.

*Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas, entre otros.

miércoles, 6 de enero de 2021

Sam Keen, filósofo y escritor estadounidense, recomendaba hacerse dos preguntas varias veces a lo largo de la vida: ¿hacia dónde voy? ¿quién me acompaña? Insistía en que mantuviéramos el orden de estas ya que, si lo invertíamos, correríamos el riesgo que jamás llegar a donde necesitábamos ir.

Estas preguntas se aplican no solo a nuestras vidas personales sino también a las laborales, a los individuos y a los equipos. Es decir, a todos aquellos que están dispuestos a hacerse cargo conscientemente de sus vidas y de sus desarrollos profesionales.