viernes, 14 de junio de 2019


¿Para qué trabajo? ¿Para qué vivo?


Víktor Frankl*, médico neurólogo y psiquiatra austríaco, tenía que tomar una decisión y sabía que cualquiera de las opciones por la que finalmente se decidiera, tendería consecuencias devastadoras.

Finalmente decidió no aceptar las dos visas que le había ofrecido el gobierno norteamericano para él y su mujer, sencillamente porque dicha invitación excluía tanto a su padre ya mayor y enfermo, a su madre y a hermana. Fue por esta razón que él aún se encontraba en 1938 en Austria cuando los nazis anexaron ese país al III Reich.Lo que vino después, es conocido, toda su familia fue enviada a campos de exterminio y murió allí salvo él.

Lo que me resulta extraordinaria de su historia es que fue precisamente en los campos en los que terminó de darle forma a lo que luego llamaría Logoterapia (logos: sentido, terapia: todo lo que cura= El sentido que cura). Fue en el más profundo de los horrores que terminó de comprender que si somos capaces de sobreponernos a la más extrema adversidad es porque algo nos sostiene, algo nos ancla a la vida y ese algo es el sentido. Entendiendo por sentido aquello que aporta significado a mi vida, a mi trabajo, a mi existencia. Ese sentido es, en última instancia, lo que responde a la pregunta ¿para qué quiero vivir? ¿para qué realizo el trabajo que realizo? ¿Qué sentido encuentro en mi vida y en el trabajo que hago?

La respuesta a esta pregunta varía a lo largo de nuestras vidas, lo que no varía es el carácter esencial y profundamente bello de la pregunta.  

Víktor Frankl*(1905- 1997), neurólogo y psiquiatra austríaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido, de lectura indispensable.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo! Tan importante el cuestionarnos! Me encantó la pregunta ¿Para qué realizo el trabajo que realizo? Muchas veces actuamos por piloto automático y así la vida pasa sin mucho sentido...

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    1. Muchas gracias! Y es tal cual decis, el piloto automático mata el sentido. Abrazo y gracias por estar.

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